31 de enero de 2012

Potaje de mi abuela

Cuando me dispuse a preparar este plato, mi mente retrocedió en el tiempo unos 34 o 35 años. Me encontraba de nuevo en casa de abuela. Y en la cocina, canturreando por lo bajini mientras limpiaba la verdura, allí estaba ella. Con sus zapatillas de paño grises, su mandilón entero abotonado por delante con dos bolsillos a los lados en donde siempre llevaba un pañuelo, y las mangas de la chaqueta que llevaba por debajo, subidas hasta los codos. A veces le preguntaba: ¿abu, que cantas?....y ella respondía con sonrisa burlona: !adivina!.
Cosa imposible, eso lo averigüé con el tiempo. No había letra, ni estribillo...así que no me resultaba dificil hacerle los coros jajajaja.

A la media hora de comenzar a preparar el potaje, la cocina ya olía de maravilla. Estaba deseando que llegase la hora de sentarme a la mesa y poder disfrutar de un buen plato. Ese día recuerdo que subí arriba, a avisar a mi madre que comía con mis abuelos, y al llegar  me dice:

- Hoy tienes una de tus comidas favoritas, !!potaje!!.
- !! Si, en casa de abu!!- le respondí..
- Pero si es potaje tanto arriba...... como abajo, mujer!!.
- Puede...... pero abajo lo prepara ella.

Si, en mi vida he probado un potaje tan rico como este. Y no es nada del otro mundo en cuestión de ingredientes, es un plato sencillo como podéis ver. Pero lleva de todo un poco, y la combinación de todo ese poco, es realmente sabrosa. Me acerco... me acerco muchísimo a como ella lo hacía, pero aunque siga todas sus pautas desde el principio al fin, falta lo más importante para que el potaje quede como tiene que quedar......la mano de la cocinera.


Ingredientes:

- 400 grs de costilla salada de cerdo.
-1 bote de garbanzos cocidos.
-1 bote de habas cocidas.
- 2 zanahorias.
- 1 vaso de macarrones.
- 1 vaso de arroz.
- Pimiento verde y rojo.
- 1 vaso de guisantes.
- 1 puerro.
- 1 cebolla.
- 1 diente de ajo.
- Un puñado de espinacas frescas.
- 1/2 vaso de vino blanco.
- 4 cucharadas de tomate frito.
- Perejil
- Aceite de oliva.
- Sal y pimentón dulce.


Preparación:

- El día anterior ponemos la costilla a desalar en agua fría. Al día siguiente la partiremos en trozos no muy grandes.
- La pasamos unos minutos en una olla con un fondo de aceite. 
- Lavamos y picamos los pimientos, el puerro, las espinacas, la cebolla , el perejil y el ajo. En cuanto la carne tenga un poquito de color, se lo agregamos todo.
- Removemos y dejamos que se haga hasta que el picadillo comienze a perder volumen. Será el momento de añadir el vino blanco.
- Dejamos que se evapore unos minutos, y cubrimos de agua.
- Salpimentamos y esperamos a que hierva. Una vez llegado a ebullición, echamos el arroz y los macarrones.
- Tendrán que cocerse unos minutos, así que removeremos de vez en cuando, añadiendo los garbanzos, las habas y los guisantes, en cuando veamos que la pasta comienza a hincharse.
- Luego solo será cuestiòn de probar de sal, añadir el tomate frito, tapar la olla y dejar que repose al menos media hora antes de servir.




Imprimir

30 de enero de 2012

Mero al horno con salsa de tomate casera

Para mi gusto, un pescado muy sabroso al paladar, con una carne blanca y de suave textura. Cómodo, ya que lo encuentras en la pescadería fresco y en filetes.  Adecuado, porque es ideal para los niños o para la gente mayor, ya que los filetes carecen de espinas y asì su consumo es más fácil. Y fácil de digerir, debido a su bajo contenido graso, lo que lo hace también apto para incluir en cualquier dieta.

El mero es un pescado muy apreciado en nuestra gastronomía dada su versatilidad en la cocina. Si se compra entero podremos aprovechar sus espinas para caldos y guisos, les aportará un sabor delicioso gracias a la gelatina que estas contienen.

Sabremos que está fresco si al cogerlo por la parte de la cola, apretamos con los dedos y al hacerlo resbalar, observamos que la piel no se desprende. Si se va a consumir en el día o al día siguiente, se colocará en la parte más fría del frigorífico, previamente eviscerado y bien limpio. Y conviene no mantenerlo en refrigeración más de 48 horas después de su compra.


Ingredientes:

- 3 filetes de mero frescos.
- 1 kg de tomates maduros.
- Harina para rebozar.
- 3 huevos.
- 1 cebolla.
- 1 diente de ajo.
- Aceite.
- Sal y pimienta.



Preparación:

- En una sartén con un fondo de aceite se sofríe la cebolla y el ajo picaditos.
- Se le añaden los tomates troceados, los cuáles habremos metido antes en agua hirviendo durante unos minutos para poder pelarlos sin dificultad, y se dejan cocer a fuego lento durante unos 20 minutos, removiendo de vez en cuando.
- Se salpimenta la salsa, y si es necesario podéis ponerle un poquito de azúcar para contrarrestar la acidez del tomate. En mi caso no ha hecho falta, eran dulcitos.
- Se le da el punto de espesor deseado, añadiendo si hiciera falta un poco de agua. Esto depende del grado de maduración de los tomates y de la cantidad de agua que tengan.
- Una vez lista la salsa, se pasa por la batidora  y se reserva.
- Los filetes de mero, los partiremos a la mitad. Los salaremos al gusto, y los pasaremos por harina y huevo batido para freírlos en aceite bien caliente.
- Los iremos colocando en una fuente de cristal para horno, y luego los cubriremos con la salsa de tomate.
- Le damos un meneito ligero a la fuente para que la salsa se introduzca bien por todos lados, y llevamos al horno precalentado a 180º durante 15 - 20  minutos.





Imprimir

28 de enero de 2012

Magdalenas clásicas de limón y canela (Xabier Barriga)

Como bien dice Barriga en la introducción de la receta, estas magdalenas son sencillísimas de hacer. Las clásicas de toda la vida, y que apetecen a cualquier momento del dìa, en el desayuno, a media mañana con un café, o mismamente para merendar.

En casa han gustado muchísimo, tanto, que he horneado magdalenas grandes y pequeñas dos dìas seguidos. Además la ventaja que tienen estas magdalenas es que puedes preparar la masa y mantenerla en la nevera incluso hasta el día siguiente, y doy fé de que salen estupendas. Muy, muy esponjosas.

Si nunca las habeís probado, animaros, merece la pena.




Ingredientes:

- 125 grs de huevos.
- 175 grs de azúcar.
- 60 cl de leche.
- 190cl de aceite de girasol.
- 210 grs de harina floja.
- 5 grs de impulsor o levadura química.
- Una pizca de sal.
- Canela en polvo.
- Ralladura de limón.



Preparación:

- En un bol, batimos los huevos con el azúcar.
- Luego, mezclamos la leche con el aceite de giraol, y la incorporamos a los huevos batiendo en marcha lenta.
- Aparte, agregamos la levadura, la sal, la canela y la ralladura del limón, a la harina.
- Añadimos también esta mezcla, y cuando hayamos conseguido una masa homogénea, batimos con la marcha rápida durante 2 o 3 minutos.
- Tapamos la masa con un paño limpio y seco, y la dejamos reposar en la nevera durante 1 hora como mínimo, para que la levadura empiece a hacer efecto.
- Precalentamos el horno a 250º.
- Distribuimos la masa dentro de las càpsulas para magdalenas, y horneamos a 210º de 14 a 16 minutos, según sea su tamaño.




Imprimir

25 de enero de 2012

Tarta de lima-limón

Según mi padre, esta es una tarta que además de estar buenísima, se cuela por el gaznate abajo que es una maravilla. La he llevado por Fin de Año a su casa para después de cenar, y ha sido todo un éxito. Fresca, nada empalagosa, con un textura muy agradable, y con un saborcito a cítrico suave y ligero.

En un principio, solo iba a ponerle el zumo del limón, pero como tenía varias limas en casa de una bebida que hice también por Navidad, decidí ponerle el zumo de una, y bueno....ha sido un acierto, porque le ha dado un toque diferente, y para mi gusto, hasta atractivo al paladar.



Ingredientes:

- 1/2 lt de nata.
- 300 grs de queso untable (tipo Philadelfia).
- 150 de azúcar.
- 6 hojas de gelatina.
- 1 sobre de gelatina de limón (en mi caso la de Hacendado).
- 1 limón.
- 1 lima.
- 200 grs de galletas.
- 80 grs de mantequilla.


Preparación:

- Ponemos a hidratar la gelatina en agua fría.
- Hacemos la base de la tarta fundiendo la mantequilla en el microondas y mezclándola con las galletas molidas. Aplastamos la masa, repartiéndola uniformemente alrededor del molde, y la metemos en la nevera para que endurezca.

- Luego, montamos la nata bien fría con el azúcar, y le mezclamos el queso.
- Exprimimos el zumo del limón y la lima. No he utilizado el exprimidor para obtener el zumo de las frutas. Simplemente las he partido a la mitad, y ayudándome de un tenedor que se lo he insertado dentro. Con movimientos hacía arriba y hacía abajo, los he exprimido, he colado ese zumo para librarlo de pepitas y demás, y listo.
- Los calentamos un poco en el microondas y le agregamos la gelatina que teníamos a hidratar en agua. Removemos bien para que se deshaga, y lo mezclamos con la nata y el queso.
- Volvemos a remover con cuidado para que se integre todo bien, y lo echamos la mezcla en el molde.
- Llevamos a la nevera para que cuaje , mínimo tres horas.
- Pasado ese tiempo prudencial, preparamos la gelatina de limón tal y como nos indica el fabricante.
- Una vez a temperatura ambiente, la vamos vertiendo con mucho cuidado sobre la tarta, con ayuda de una cuchara.
- Dejamos en la nevera hasta el día siguiente, en el que estará perfecta para servir y disfrutar de ella.


Imprimir

24 de enero de 2012

Calabacines rellenos de verduras y jamón cocido

Para mi gusto, una sabrosa verdura que da mucho juego entre los fogones, y que debe estar presente en nuestra dieta. Ya que además de poseer un sabor delicado, en cuanto a su forma de consumo, los amantes de esta verdura cuentan con infinidad de sabrosas posibilidades a la hora de cocinarlas, tanto para quienes quieren cuidar la línea como para los que no.

Además, su bajo contenido en hidratos de carbono lo convierte en un alimento ideal para las personas diabéticas; incluso debido a su escasa cantidad de sodio lo hace muy útil en la dieta de los hipertensos.


Sin embargo, hay que tener en cuenta que, según el modo en que se preparen los calabacines, su contenido calórico puede variar de forma notable. Por ejemplo, si se fríe el calabacín en vez de hervirlo, asarlo o cocinarlo a la plancha, su valor calórico puede llegar a duplicarse porque es una hortaliza que tiene la capacidad de absorber gran cantidad de aceite.

Hoy os dejo una receta de calabacines muy "ligth" , pero no por eso menos sabrosa. A ver que os parece, que yo en casa he triunfado, y eso que mi familia me ha salido carnivora por los cuatros costados.

 
Ingredientes:

- 4 calabacines.
- 1/2 pimiento rojo.
- 1/2 pimiento verde.
- 1 puerro.
- 1 zanahoria.
- 1 tomate.
- 1 cebolleta.
- 150 grs de jamón cocido.
- Aceite de Oliva.
- Mayonesa sin huevo (lactonesa)
- Sal y pimienta.



Preparación:

- Lavamos los calabacines y lo despuntamos.
- Ponernos al fuego una olla con abundante agua y un pellizquito de sal, cuando rompa a hervir, introducimos los calabacines y los dejaremos cocer durante diez minutos (pinchando con un palo de brocheta sabremos si están blandos). Escurrimos y dejamos enfríar.
- Una vez fríos, los partimos a la mitad longitudinalmente, y con ayuda de una cucharilla los vamos vaciando con cuidado y extrayendo la pulpa, que reservaremos en un plato aparte.
- En una sárten, ponemos dos cucharadiras de aceite de oliva, y pocharemos el puerro y la cebolleta que habremos lavado y picado finamente.
- Añadiermos después de unos 2 minutos, la zanahoria cortada en tacos finos y los pimientos picados.
- Por último, incorporamos la pulpa de los calabacines en trozos y el tomate rallado.
- Removemos todo bien, salpimentamos, y agregamos el jamón cocido en trozos pequeños.
- Rellenamos los calabacines con las verduras, y los vamos colocando sobre una bandeja de horno.
- Cubrimos con una cucharada de mayonesa sin azúcar y horneamos 15 minutos con el horno precalentado a 180º.
- Servir inmediatamente.





Imprimir

23 de enero de 2012

Lasaña de pollo con setas y champiñones

De la pasta se ha dicho mucho, no sólo por su sabor, sino también sobre sus orígenes. Su orígen ha sido siempre bastante polémico, ya que hay personas que aseguran que es de origen italiano, como así también hay quienes aseguran que es de origen Inglés, y otras que la pasta la trajo Marco Polo de China.
Los italianos remontan la historia de este plato a la antigua Roma, según cuentan Cicerón adoraba estas pastas; y los ingleses aseguran que este plato se preparó especialmente, en el año 1390, para el rey Ricardo II. Asi que como veís, para gustos...colores.

La lasaña por ejemplo, es un plato que ha tenido un gran éxito en todo el mundo, y debido a su popularidad en los distintos continentes, la preparación y los ingredientes con los cuales se prepara, la lasaña varía en las distintas regiones, todo depende del gusto e imaginación del cocinero. Aunque eso sí, el ingrediente que es invariable en todos los lugares que se prepare, es el queso sobre de la lasaña para que se funda y gratine la superficie de la misma.

Hoy os dejo con esta lasaña de pollo, muy bien acompañada de setas y champiñones. Una de mis lasañas favoritas, y evidentemente, la que más suelo preparar en casa.


Ingredientes:

- 12 láminas de lasaña precocida.
- 1 pechuga de pollo.
- 1 bandeja de champiñones laminados.
- 1 bandeja de setas.
- 2 puerros.
- 1 diente de ajo.
- 1/2 vaso de vino blanco.
- Queso rallado para gratinar.
- Bechamel (500 ml de leche,60 grs de harina, 60 grs de mantequilla, nuez moscada,sal).
- Sal y pimienta.
- Aceite de Oliva.


Preparación:

- Colocamos las láminas de lasaña en agua caliente durante 20 minutos, para que se hidraten.
- Cortamos la pechuga de pollo en tacos pequeños y más o menos iguales. La salpimentamos y le agregamos el ajo picadito.
- Seguidamente, les quitamos la parte verde a los puerros, los lavamos y los cortamos en rodajas.
- Los rehogamos junto con los champiñones y las setas, en una sárten con dos cucharadas de aceite, y en cuando comiencen a perder volumen, añadimos el
pollo.
- Removemos bien, añadimos el vino blanco, y dejamos hacer hasta que pierda casi todo el líquido. Una vez conseguido, retiramos del fuego y reservamos.
- Para la bechamel, echamos la mantequilla en un cazo y doramos la harina, retiramos del fuego y vertemos la leche, un poco de sal y nuez moscada, removiendo con unas varillas para evitar que se formen grumos.
- Volvemos a colocar en el fuego, y sin dejar de remover, esperamos a que espese.
- En un recipiente refractario, vertemos un poco de bechamel, y encima colocamos cuatro láminas de lasaña.
- Cubrimos con una capa de pollo, y cubrimos con otras cuatro láminas de lasaña.
- Volvemos a repetir la opraciòn, y por último , cubrimos por completo la lasaña con la bechamel.
- Espolvoreamos con el queso rallado, y hormeamos a 200º hasta que el queso se funda y tome un color dorado.



Imprimir

20 de enero de 2012

Crema de calabaza butternut con zanahoria y puerro

La calabaza butternut o "calabaza de invierno", es la que tiene forma de pera alargada. Tiene un sabor dulce,y su piel es amarilla y fina comparada con la de otras calabazas. Posee una pulpa carnosa de color naranja que cuando madura, se vuelve cada vez más naranja intenso, y a su vez...más dulce y más rica.
Conocida por su sabor suave, cremoso, y su textura firme, admite múltiples combinaciones y preparaciones culinarias.
Su principal componente es el agua, lo que la hace baja en calorías. Además no posee muchos hidratos de carbono y tiene una escasa cantidad de grasas, aunque si una buena cantidad de fibra.


Ingredientes:

- 1 calabaza butternut.
- 2 puerros.
- 2 zanahorias
- 1 diente de ajo.
- 2 patatas.
- Aceite de Oliva.
- Sal.
- Ajonjolí.


Preparación:

- Comenzamos partiendo la calabaza a lo largo. La vaciamos de semillas y luego la pelamos.
- La cortamos en tacos no muy grandes y la reservamos.
- Seguiremos con los puerros, de los que solo utilizaremos la parte blanca. Los lavaremos y los cortaremos en rodajas. Pelaremos también las zanahorias y las cortaremos de igual forma.
- En una cazuela con tres o cuatro cucharadas de aceite, pocharemos los puerros , las zanahorias y el ajo picado.
- Agregaremos minutos después las patatas peladas, lavadas y cortadas en cascos, junto con la calabaza.
- Removemos bien y cubrimos de agua. Salamos.
- Una vez todo cocido, escurrimos y reservamos el caldo obtenido de la cocciòn.
- Batimos con la batidora, y vamos vertiendo caldo poco a poco, hasta conseguir el espesor y la textura deseada.
- Servir caliente y con un poco de ajonjolí por encima.



Imprimir

19 de enero de 2012

Clafoutis de higos

Si os extraña ver higos frescos a estas alturas, que sepaìs que esta es una de tantas entradas que tenía preparadas con anterioridad y que no publiqué en su día porque me ausenté del blog.
Aunque bueno, como suele decirse, nunca es tarde si la dicha es buena ¿verdad?.

El clafoutis tradicional, y como todas ya sabeís, se prepara con cerezas. Es una típica tarta francesa que se elabora horneando en un molde cerezas bañadas en una masa líquida, parecida a la de los crepes. La masa se hace con huevos, harina, leche, mantequilla y azúcar, y se cuaja durante la cocción.

Cuando se usan otros tipos de fruta, como higos, ciruelas, arándanos o moras, la tarta no tiene nombre específico, por lo que suele recurrirse al término clafoutis o flaugnarde, dado que emplean el mismo tipo de masa.

Si con cerezas me apasiona esta tarta, con higos no se queda atrás. Es una fruta que me encanta, y es una penita muy grande que no la podamos disfrutar durante todo el año.


Ingredientes:

- 500 grs de higos
- 140 grs de azúcar
- 100 grs de maicena
- 90 grs de harina
- 1 pizquita de sal
- 4 huevos
- 200 grs de nata
- 200 grs de leche
- 1 rama de canela
- Mantequilla
- 2 cucharaditas de canela en polvo
- Azúcar glas.



Preparación:

- Precalentamos el horno a 180º, y enmatecamos un molde desmontable.
- Luego lavamos los higos y les quitamos el rabo, abriéndolos después a la mitad.
- Los colocamos en un recipiente, y los espolvoreamos con la mitad del azúcar y una cucharadita de canela en polvo.
- Tamizamos la harina y la maicena y añadimos la sal, y el azúcar que nos queda.
- Batimos los huevos en un bol, añadimos la nata junto con la leche y mezclamos.
- Agregamos la harina y la maicena, y mezclamos de nuevo hasta que obtengamos una mezcla homogénea.
- Colocamos los higos en el molde y echamos la mezcla por encima.
- Metemos al horno y dejamos cocer 40 minutos aproximadamente.
- Una vez listo, dejamos enfríar, desmoldamos, y espolvoreamos con azúcar glas y la otra cucharadita de canela molida.




Imprimir

18 de enero de 2012

Chulas gallegas (de pan)

Creo que hace más de quince años que no las hacía. Como ya os podeís imaginar, las aprendí a hacer con mi abuela. Cuando bajaba a su casa, le abría la nevera y me las encontraba......!!ay Dios mío querido, que felicidad!!. No es que las hiciera muy a menudo, y aunque junto con las chulas de calabaza,  son típicas de los Entroidos gallegos (carnavales), ella las de pan las preparaba en cualquier momento del año además de en esas fechas, y estaban deliciosas.

Mis abuelos se las comían calientes, yo por el contrario las prefiero bien fresquitas de la nevera, y si puede ser, de un día para otro. Aunque con el frío que se cae ahora mismo, me las comería hasta hirviendo.

Hay mucha gente que prefiere prepararles un almíbar en vez de tomarlas con leche y canela, como tambièn hay quien hace uso de la manteca de vaca en vez del aceite para freírlas. Mi abuela las freía con la manteca y quedaban exquisitas. Sea como sea, es un postre sencillisimo, y que tanto caliente, templado, o frío, está francamente bueno.


Ingredientes:

- 300 grs de miga de hogaza gallega (del día anterior).
- 6 cucharadas de azúcar.
- 4 huevos.
- 1 1/2 lt de leche + 2 vasos.
- canela en rama.
- Cáscara de limón.
- Aceite o manteca de vaca.

 


Preparación:

- Deshacemos la miga con las manos, y la colocamos en un bol.
- Vertemos los dos vasos de leche, y dejamos que la miga se empape bien con ella.
- Con ayuda de un tenedor ( o bien con las manos, como hacía mi abuela) vamos esmagándola, añadiendo luego los huevos batidos con cuatro cucharadas de azúcar.
- Removemos todo bien, y dejamos reposar media hora.
- Mientras, vamos hirviendo el litro y medio de leche restante, con las dos cucharadas de azúcar que nos quedan, la cáscara de un limón, y una ramita de canela.
- Una vez llegué a ebullición, tapamos y dejamos reposar.
- Calentamos aceite o la manteca de vaca en una sárten, y vamos cogiendo cucharadas de la mezcla, para freírlas en él.
- Las doramos primero por un lado, y luego por el otro. Depositándolas una vez fritas, sobre papel absorvente para que pierdan el aceite sobrante.
- Colar la leche que teníamos en reposo, e introducir en ella las chulas. Dejar pasar una media hora antes de servir.


Imprimir