El pulpo de O Carballiño dio origen a la celebración de una de las fiestas
gastronómicas más multitudinarias y características de Galicia: la “Festa do
Pulpo”.
Se celebra cada segundo domingo
de agosto en el Parque Municipal de la villa y goza del privilegio de ser
considerada desde 1969 Fiesta de Interés Turístico.
Y declarada desde este año de Interés
Turístico Nacional.
Este año tuvo lugar el domingo 12 de agosto en lo que fue su edición número
50.
Se dieron cita como cada año, gran cantidad de pulpeiras
y pulpeiros, que con sus expectaculares ollas
humeando, dejaron sentir el agradable aroma que desprende la cocción de
este producto, que posteriormente es aderezado con aceite de oliva, sal y
pimentón. El resultado es un
manjar en toda la extensión de la palabra.
Comenzó como una actividad más dentro de las fiestas patronales de San
Cibrán por iniciativa de un grupo de amigos, pero pronto adquirió identidad propia
y fama en toda Galicia. Contribuyeron a ello las campañas de difusión
realizadas por el Ayuntamiento, pero también los emigrantes, que la tienen como
referencia y punto de encuentro durante las vacaciones estivales. No en vano
desde los años ochenta cada celebración se le dedicó a una ciudad o país de
América y Europa con centros gallegos de relevancia. Pero el mérito de tanto
éxito radica esencialmente en dos factores: en su carácter eminentemente
popular -con variada oferta gastronómica de los productos típicos de Galicia y
de grupos de música y bailes tradicionales- y en el marco en el que se
desarrolla, el Parque Municipal, que conjuga como pocos lugares amplitud y
belleza natural. Miles de personas acuden cada año a esta romería, considerada
como una de las mayores manifestaciones gastronómicas de Galicia, en la que se
cuentan por millares los kilos de productos que se consumen -pulpo, carne, pan
de Cea y empanadas-, y los litros de vino del Ribeiro con que se
acompañan.
La meteorología se confabuló con O Carballiño para que la
“Festa do Pulpo” fuese perfecta. Nubes y claros, y una ligera pero refrescante
brisa, hicieron más llevadera la habitual aglomeración en la veterana cita
gastronómica que, según los organizadores, alcanzó los 80.000 asistentes.
La ocasión merecía ese tiempo ideal, ya que este año se
dedicaba la fiesta a las pulperías de Arcos. Y mientras los visitantes daban
buena cuenta del suculento manjar, el alcalde aprovechaba el acto para anunciar
que el año próximo la cita estará dedicada a la ciudad de Vigo.



Había muchísima gente como podeís ver, hasta se hacía dificil caminar viendo los puestos, e incluso para comer tuvimos que andar pendientes de cuando hubiera un sitio libre irnos directos y pillarlo. O eso, o comer en el campo, que tampoco era tan mala idea, pero al final hubo suerte y encontramos un sitio en una mesa donde almorzamos la mar de bien. Según llegamos me fuí directa a los puestos de pan (mi perdiciòn), podías encontrar toda clase de ellos, desde la rosca gallega, a el bollo, millo (maiz), con pasas, y no podìa faltar el famoso Pan de Cea, un pan blanco artesanal, hecho en leña y que sigue un proceso especial de elaboración. Con Denominación de Origen desde el 2004, e incrita como Indicación Geográfica Protegida desde el 2005.
Absolutamente todos me llevaban la vida, si por mi fuera me traía una pieza de cada para casa.
Las empanadas olían que era una maravilla, rellenas de todo tipo de ingredientes, tenían un aspecto delicioso. Entre los quesos un sabrosísimo "San Simón" elaborado con leche de vaca y ahumado con madera de abedul. El queso típico de los pueblos de alrededor de Santiago el "Arzúa Ulloa" elaborado con leche cruda o pasteurizada. Los dos con Denominación de Origen.
Jamones, longanizas, morcillas, embutidos de todas clases dispersaban por el aire un aroma que abría aún más el apetito. Nuestros pimientos de Padrón, "uns pican e outros non", ideales para acompañamientos de carnes o mismamente para tapear. Y que si por mi fuera, ya me freía una sartenada de ellos allí mismo. Riquísimos, sabrosos, y maduros higos del Bierzo. Un auténtico manjar para los que como yo, somos amantes de este fruto. Miel de Brezo, de color pardo casi negro, con un intenso aroma y un intenso y peculiar sabor. Una sabrosa miel de mesa sin duda, un buen chorrete sobre un poco de requesón, y alcanzas el séptimo cielo.
Un poco más hacía arriba, nos topamos con todo lo necesario para preparar un delicioso cocido gallego. Desde tocino, costilla salada, oreja, chorizos, huesos de espinazo, hasta cabeza y pezuñas de cerdo.
Los chorizos, como no, de Lalín.
Para más calvario ante tanta exquisited de productos da terriña, fuímos a dar con la repostería. Pecado no poder echarles la mano a cada uno de todos estos dulces y probarlos, porque todos provocaban que salibasemos como un san bernardo. Pastelones (de crema, nata, merengue, chocolate, trufa, yema, almendra, frutas), rosquillas, melindres, churros, cocadas, y muchos más, hicieron de esa parte del paseo un recorrido muy dulce.
Lo que no esperaba encontrarme es un puesto donde elaboraban las tìpicas filloas que los gallegos solemos preparar en època de Entroido (carnaval). Podeís ver como a la frixoeira bien caliente, se la engrasa con tocino por toda la base, para luego coger el "amoado" (masa) y cubrirla al completo. Se deja hacer por un lado hasta que los bordes estén tostaditos y se le da la vuelta para que se haga por el otro.
Por supuesto, cedí a la tentación y me comì dos antes de almorzar. !! Faltaría más!. Y que ricas estaban por cierto.
Y que mejor manera de acompañar todos estos dulces que con unos riquísimos licores. Por supuesto, también tìpicos gallegos y como en todo, mucha variedad. Licor y crema de orujo, aguardiente de hierbas, licor y crema de café, licor de guindas, licor de miel, licor tostado.....
Esta es la crema que tengo ganas de probar, la de chocolate con cerezas. A ver si doy con la receta y lo preparo en casa.
Y llegada ya cierta hora, nos dirigimos al puesto de pulpo para pedir nuestra ración y sentarnos a comer. Ollas enormes hervían con el subsodicho dentro, y las mujeres no daban a basto cortando y preparando raciones. Miles de ellas sirvieron durante ese día, no quiero ni imaginarme como habrán quedado esos dedos de estar horas y horas haciendo el mismo trabajo. Ya teníamos la raciòn en nuestro poder, cuando el olor del churrasco penetro por nuestras narices, hasta darle orden al cerebro de ir también a por una ración.
!!Evidentemente, obedecimos!! .
El pulpo á feira estaba francamente bueno, cocido en su punto justo y aliñado con sal gruesa, aceite de oliva virgen y pimentón. El churrasco para chuparse los dedos, cosa que hicimos después de rechupetear bien los huesines. Pero además de poder saborear y disfrutar del pulpo a 7 euros la ración y del churrasco a 6.50, podíamos decantarnos también por la "carne ó caldeiro" cocida con patatas y un trozo de unto y de costilletas de ternera, ambas a 6.50 euros. Sin olvidarnos de la empanada a 3 euros la ración.
Una vez terminamos nuestro almuerzo, nos dispusimos a bajarlo dando otro paseo y así acabar de mirar los últimos puestos que nos quedaban. Esta vez de artesanía, bolsos, monederos y calzado de cuero, potes gallegos, barreños, cestas de mimbre, recipientes propios donde los gallegos preparamos nuestra famosa "queimada" por San Juan, peneiras (tamizes) para tamizar harinas y granos, panderetas y un largo etc.
Eso sí, no sería un paseo como dios manda si no caminaramos un buen rato por las orillas del río Arenteiro de gran belleza natural como podeís ver. Al otro lado, el gran arbolado en donde se celebró la fiesta del pulpo, unas 32 héctareas.
Todo en el Parque Municipal, lugar donde se celebra cada segundo domingo de
agosto la "Festa do Pulpo", la romería por excelencia de O Carballiño.