Se puede emplear como acompañamiento de todo tipo de alimentos: pescados hervidos, a la plancha o fritos, entrantes, marisco, ensaladillas, huevos, patatas, etc. Es una salsa ideal para las personas con intolerancia al huevo y personas diabéticas. Y si queréis aromatizarla y darle sabor con ajo, hierbas o especias también se puede, eso ya va al gusto de cada uno.
- 100 mlts de leche de vaca a temperatura ambiente ( y desnatada en mi caso).
- 300 mlts de aceite de oliva (suave).
- Sal.
- Un chorrito de zumo de limón.
- Echar todos los ingredientes en el vaso de la batidora comenzando por la leche, el aceite (con el vaso un poco inclinado y vertiéndolo despacito para procurar que quede encima de la leche) y la sal.
- Luego metemos el brazo de la batidora hasta el fondo y sin moverla para nada, batimos a velocidad media-alta hasta que adquiera consistencia.
- Removemos manualmente y la metemos en un recipiente hermético dentro de la nevera, para que no coja olores y así podremos conservarla tranquilamente 3 o 4 días.
- Para conseguir una salsa más ligera añadir más leche, si por el contrario la queréis más espesa añadir más aceite.